¿Qué hacer si me da un ataque de pánico en pleno vuelo?
- marco de Leon
- 3 may
- 4 Min. de lectura
Viajar en avión puede ser una experiencia emocionante, pero para algunas personas, la sola idea de volar puede resultar aterradora. Imagina a Marta, quien sufrió un ataque de pánico durante un vuelo a su destino de vacaciones. La sensación de taquicardia, la dificultad para respirar y el miedo irracional hicieron que las tres horas de travesía se sintieran eternas.
No estás solo. Millones de personas han pasado por situaciones similares. La buena noticia es que existen estrategias concretas para manejar un ataque de pánico mientras estás a 30,000 pies de altura. En este artículo, te guiaremos paso a paso para que aprendas qué hacer en esos momentos, cómo prevenirlos y cuándo buscar ayuda profesional.

Qué es un ataque de pánico
Un ataque de pánico es una reacción extrema de ansiedad que puede aparecer de forma repentina e intensa. Los síntomas más comunes incluyen:
Taquicardia y palpitaciones.
Sudoración excesiva o sensación de calor.
Sensación de ahogo o dificultad para respirar.
Miedo a morir o perder el control.
Despersonalización, es decir, sentirse desconectado de uno mismo.
Si bien el miedo a volar puede provocar un ataque de pánico en algunas personas, es importante diferenciar entre una fobia a volar y una experiencia de pánico general. Los aviones presentan un entorno que puede intensificar estas reacciones debido al espacio limitado, el ruido constante y la falta de control percibida. Esto no significa que estés en peligro físico, sino que el cuerpo está reaccionando a lo que percibe como una amenaza.
Qué hacer si te ocurre en pleno vuelo
Saber cómo reaccionar durante un ataque de pánico puede marcar toda la diferencia. Aquí tienes un plan práctico para manejar la situación:
Reconoce que es ansiedad
El primer paso es recordar que lo que estás sintiendo es ansiedad, no un peligro real. Aunque los síntomas sean intensos, no estás en riesgo inmediato. Frases mentales como "Esto pasará" o "Estoy a salvo" pueden ayudar a calmarte.
Practica técnicas de respiración
La respiración lenta y controlada puede ayudar a reducir la intensidad de los síntomas. Prueba la técnica 4-7-8:
Inhala por la nariz durante 4 segundos.
Reten el aire durante 7 segundos.
Exhala lentamente por la boca durante 8 segundos.
Repite este ciclo unas cuantas veces hasta que te sientas más tranquilo.
Utiliza el método de anclaje
El método de anclaje te ayuda a redirigir tu enfoque hacia el presente:
5 cosas que puedes ver (el respaldo de un asiento, una revista, etc.).
4 cosas que puedes tocar (tu ropa, el apoyabrazos...).
3 cosas que puedes oír (el ruido de los motores, una voz cercana...).
2 cosas que puedes oler (quizás tu perfume o la comida de a bordo).
1 cosa que puedes saborear (una bebida o snack).
Habla con la tripulación
No dudes en pedir ayuda. Los auxiliares de vuelo están capacitados para apoyar pasajeros en estas situaciones. Solicita agua, camina un poco por el pasillo o simplemente comenta cómo te sientes.
Qué NO hacer durante un ataque de pánico
Evitar ciertas acciones puede prevenir que la situación empeore:
No luches para “controlarlo”. Intentar resistir la ansiedad puede intensificarla.
No recurras al alcohol o medicamentos no prescritos. Pueden agravar los síntomas en lugar de calmarlos.
Evita imaginar el peor escenario posible, como accidentes o fallas mecánicas.
Acepta la situación y enfócate en gestionar tus emociones en lugar de combatirlas.
Cómo prevenir un ataque antes de volar
La prevención empieza antes de abordar el avión. Toma en cuenta estos consejos para reducir tus niveles de ansiedad:
Descansa bien la noche anterior. Dormir lo suficiente puede marcar la diferencia.
Evita la cafeína y el azúcar en exceso, ya que intensifican la ansiedad.
Llega temprano al aeropuerto para evitar prisas y estrés innecesario.
Practica visualizaciones positivas. Imagina el éxito de tu vuelo, enfocado en lo tranquilo y cómodo que serás.
Escucha audios de relajación o utiliza aplicaciones de meditación guiada.
Cuándo buscar ayuda profesional
Si los ataques de pánico son frecuentes o si el miedo te impide viajar, es importante considerar apoyo profesional:
Terapia cognitivo-conductual (TCC). Ayuda a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos relacionados con volar.
Hipnosis. Puede ser útil para desbloquear miedos relacionados con experiencias pasadas.
EMDR (desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares). Es particularmente eficaz para tratar traumas previos que alimentan el miedo.
Buscar ayuda no es una señal de debilidad. Al contrario, es un paso valiente hacia una mejor calidad de vida.
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